Julio, jueves 14 de 2022
Por, Manuel Giraldo Barrera.
Mateo 11, 28-30: “Jesús exclamó: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón”.
Queridas hermanas y hermanos: A Jesús o se lo rechaza o se lo acepta. Esto también lo encontramos en el evangelio de Mateo en los segmentos que leemos estos días. Hoy escuchamos lo que significa aceptar a Jesús y hacerse su discípulo. El yugo del que habla Él es su ley. Era común referirse a la ley como un yugo que el israelita se imponía al entrar en la alianza con Dios; el peso de los numerosos y pormenorizados mandamientos mosaicos podía agobiar al pueblo. Por el contrario, Jesús ofrece un yugo útil o benigno, es decir, sin prescripciones pesadas e inútiles y una carga fácil de llevar. El punto de su promesa refrescante es que el discípulo de Jesús se amolde al corazón “manso y abajado” de su maestro. Este es el secreto para vivir sin agobios. A menudo, adoptamos modos de organizarnos piramidales que terminan aplastándonos. Jesús nos asegura revitalizar nuestra vida, no abatirla.
Preguntémonos: ¿Dónde y cuándo experimentamos que Jesús nos alivia? Es tiempo de desechar lo inútil y perjudicial para nuestra salud integral.
Un feliz jueves en nuestro amado Maestro Jesucristo.