Por Manuel Giraldo Barrera.
Julio, miércoles 6 de 2022
Oseas 10, 1-3: “Israel era una viña frondosa, y daba fruto: cuanto más eran sus frutos, más aumentó sus altares; cuanto mejor era la tierra, mejores monumentos erigía”.
Queridas hermanas y hermanos: La arrogancia de los seres humanos ha llegado a límites inimaginados, hasta llegar a considerarse el “hombre dios” por los adelantos en inteligencia artificial, nanotecnología, el dominio de la naturaleza. El ser humano cada vez más grande y Dios cada vez más pequeño. Pero Dios sigue esperando que reaccionemos ante nuestra propia fragilidad y pequeñez. Si no queremos cosechar tempestades de las que no nos podamos librar, necesitamos sembrar justicia que ponga un alto y límite a los que nunca se sacian; además, sembrar misericordia que alivie a quienes van perdiendo las fuerzas y el sentido de la vida. Dios nos sigue llamando a hombres y mujeres para que, abriendo nuestro corazón al amor, nos dispongamos a sanar las enfermedades y dolencias que padecen miles de seres humanos. No es justo que la idolatría de unos pocos al poder y al dinero continúe sacrificando vidas inocentes. Nuestras comunidades han de fundarse en igualdad, practicando la solidaridad, la caridad y la palabra profética que nos haga críticos frente a toda injusticia. ¡Tenemos que hacer vida el Reino!
Un feliz miércoles en nuestro amado Maestro Jesucristo.