Por, Manuel Giraldo Barrera
Mateo 26, 14-25: “En aquel tiempo, uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: ¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego?”.
Queridas hermanas y hermanos: “El Evangelio de hoy otra vez nos habla de Judas. En estos días previos a la celebración de los grandes misterios de nuestra fe la figura del discípulo traidor es muy significativa e inquietante. En Jesús y Judas podemos descubrir dos polos extremos del poder humano: la libertad de entregar/traicionar (abismo de apostasía: Judas) y la de entregarse/darse (la cima del amor más grande por los demás: Jesús). Entre estos dos polos cada uno es libre de moverse, de llevar a cabo sus opciones cotidianas. En los dos extremos está o el poder de Dios o la fuerza del maligno.
Nos fijamos hoy en Jesús y nos admiramos por su capacidad de encajar un golpe tan doloroso como la traición de Judas, de afrontarlo de cara sin dejar que le impida recorrer el camino de la entrega total, sin que le aparte un milímetro de su objetivo: ser fiel al Padre dando la vida por todos nosotros.
Nosotros nos decimos cristianos, pero nos falta mucho para ser unos seguidores verdaderos y fieles, porque no pensamos ni vivimos haciendo que Jesús sea nuestro único Señor. Estamos lejos de dejarnos llevar por el poder de Dios y vivir como Jesús vivió. En nuestra vida hay luces y sombras, generosidad y egoísmo, lucha y cansancio, victoria y derrota… Pero Jesús, que no da nada por perdido, nos sigue dirigiendo su palabra “Tú lo has dicho”, es decir, tú tienes que decidir, tomar tus propias opciones, obrar como creas mejor, darle a tu vida el rumbo que quieras. Sigue dejándote libre para que le sigas y le ames porque tú decides. El amor no se impone, se da y se da de corazón y de verdad”. (Tomado de la página Ciudad Redonda).
Un feliz miércoles Santo en nuestro amado Maestro Jesucristo