Por, Manuel Giraldo Barrera. (Columnista Carfoz)
Mateo 25, 31-46:»Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?» Y el rey les dirá: «Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.»
Queridas hermanas y hermanos: La santificación del nombre de Dios siempre estuvo ligada en la Biblia a la suerte de los pequeños del pueblo. El divorciar la fe de la vida cotidiana, reduciéndola a los espacios meramente cultuales, nos ha hecho indiferentes ante el sufrimiento y miseria de millones de seres humanos. Vacunados contra las injusticias y desigualdades, que ya no nos conmueven ni inquietan, no caemos en cuenta de que “tomar el nombre de Dios en vano” es también ofender la dignidad de sus pobres, al ser indiferentes a su suerte. El evangelio no deja lugar a dudas: en su dignificación y reivindicación nos jugamos no sólo el nombre de cristianos sino la Salvación. La esperanza de vida de los más necesitados nos compromete.
Preguntémonos hoy: ¿Qué lugar ocupan los más necesitados en mi vida?¿Ocupan el primer lugar o son simplemente motivo de sentimentalismos momentáneos que nos llevan a darles una limosna en la cual no involucramos nuestro corazón?
Un feliz lunes en nuestro amado Maestro Jesucristo.
EMISORA CARFOZ…..Manrique-Medellín Linc: www.carfoz.com